Wall Street Journal considera que Vizcarra dio un golpe de Estado
"Lo que está claro es que la separación de poderes, tan crucial para la democracia, está en peligro”, alerta la última columna escrita por Mary Anastasia O’Grady miembro del consejo editorial de Wall Street Journal desde el año 1999.
La última columna de opinión del diario Wall Street Journal –escrita por Mary Anastasia O’Grady y publicado el 6 de octubre–
considera como “inconstitucional” la disolución del Congreso efectuada
la semana pasada por el presidente peruano Martín Vizcarra.
“Al
observar la ruina de Venezuela bajo el socialismo del siglo XXI, uno
puede olvidarse fácilmente que Hugo Chávez llegó al poder en 1999 con el
compromiso de erradicar la corrupción. Cuarenta años antes, la
revolución cubana de Fidel Castro obtuvo gran parte de su apoyo popular
del disgusto generalizado ante la corrupción del régimen de Batista.
Esto puede parecer historia antigua, pero ayuda a explicar por qué la
disolución inconstitucional del Congreso peruano por parte del
presidente Martín Vizcarra la semana pasada, tiene nerviosos a los
demócratas de la región”, refiere el reporte.
En
ese contexto, se recuerda que el Perú vivió una dictadura militar hasta
1980, y que “sus jóvenes instituciones democráticas son frágiles”,
señala la editorialista del diario neoyorquino.
“Pero
ha logrado un progreso económico sustancial en las últimas décadas. El
crecimiento promedio del PBI es de 4.7% anual desde 1999, y el
porcentaje de la población que vive en la pobreza cayó a menos de 22% en
el 2018, desde 59% en el 2004. La mortalidad infantil disminuyó a 11 de
cada 100,000 nacimientos en el 2018 desde 35 en 1998. Las exportaciones
no tradicionales se han disparado en las últimas dos décadas, y la
clase media se ha duplicado como porcentaje de la población”, refiere O’Grady.
Estas mejoras -recuerda el diario estadounidense-
se produjeron cuando Perú abrió sus mercados y mejoró la competencia y
el respeto por la propiedad privada y la inversión extranjera. “Debido a
que el golpe de estado de Vizcarra pone en peligro a las instituciones
políticas del Perú, también amenaza la economía”, indica la columna.
“Los
partidarios de Vizcarra lo ven de otra manera. En su opinión, el cierre
del contrapeso presidencial (el Congreso) que le permitirá gobernar por
decreto durante los próximos cuatro meses, está justificado porque la
democracia se había vuelto disfuncional. En julio, Vizcarra pidió
elecciones generales anticipadas, pero el Congreso lo rechazó. El mes
pasado propuso una reforma del proceso por el cual el Congreso elige a
los jueces del Tribunal Constitucional”, apunta el reporte.
“Cuando
el empresario de centro derecha Pedro Pablo Kuczynski fue elegido
presidente en el 2016, Vizcarra fue su compañero de fórmula. Kuczynski
renunció bajo acusaciones de corrupción en el 2018, y el vicepresidente
Vizcarra lo sucedió. Desde entonces ha obtenido la mayor parte de su
apoyo de la izquierda”, agrega.
La
periodista recuerda que, según la Constitución, el gobierno electo
tiene el poder de disolver el Congreso solo después que el Congreso le
deniegue dos peticiones de “voto de confianza”. “Ya el Congreso le negó
la confianza a un gabinete de Kuczynski en el 2017”.
El diario rememora que el parlamento aprobó la mayoría de las propuestas de Vizcarra desde que llegó al poder.
“El
lunes pasado, el gobierno solicitó un voto de confianza y lo vinculó a
la reforma del nombramiento de los jueces del Tribunal Constitucional.
Pero antes de debatir sobre la propuesta del presidente, el Congreso
nombró un nuevo juez para el Tribunal Constitucional, y luego le dio al
presidente el voto de confianza, sugiriendo, con base en su registro de
votación, que luego aprobaría su propuesta. Pero nunca tuvo la
oportunidad”, dice O’Grady.
“Enfurecido
por el nombramiento del nuevo juez, Vizcarra disolvió el Congreso sin
que el parlamento le haya negado la confianza por segunda vez, tal como
se requiere. También estableció nuevas elecciones legislativas para el
26 de enero. El Congreso unicameral controlado por la oposición, no
aceptó nada de eso. Llamó a las acciones del señor Vizcarra, un golpe de
Estado. Lo suspendió de la Presidencia y tomó juramento a su
vicepresidenta, Mercedes Aráoz, como presidente interina del país. El
martes, Aráoz renunció a ese encargo, y también a la vicepresidencia”,
refiere.
El
medio sostiene que la renuncia de Aráoz fue como “bajar la cabeza” tras
la decisión de los militares de apoyar a Vizcarra. “Los rumores se
extendieron rápidamente de que una nueva contribución del gobierno al
fondo de jubilación de los militares, otorgada al día siguiente, estaba
vinculada a la decisión. Pero Vizcarra parece tener el apoyo popular, y
el ejército probablemente estaba escuchando a la opinión pública y
apostando a que él prevalecerá”, añade la periodista quien además es uno
de los editores del Índice de Libertad Económica.
Wall Street Journal
afirma que el público está enojado por la corrupción. “En el Congreso,
el partido Fuerza Popular, fundado por Keiko Fujimori, hija del ex
presidente Alberto Fujimori, tiene la mayoría parlamentaria. Los
fujimoristas se han ganado la reputación de ejercer su poder de manera
imprudente. Keiko Fujimori está en prisión preventiva por acusaciones de
lavado de dinero”.
La
columna también dice que los partidarios de Vizcarra también se quejan
de que el nuevo juez nombrado, es primo del presidente del Congreso,
Pedro Olaechea. Sin embargo, Olaechea no es miembro del partido Fujimori
y no participó en el proceso de nominación ni tampoco votó.
“Vizcarra
parece seguro (de su decisión), pero el asunto puede ir al Tribunal
Constitucional. Sin embargo, incluso si respeta la ley que permite al
Congreso nombrar al nuevo juez, no está claro el dictamen que tomará el
Tribunal. Lo que está claro es que la separación de poderes, tan crucial para la democracia, está en peligro”, alerta Wall Street Journal .
“Muchos
de los partidarios de Vizcarra en la izquierda quieren reescribir la
Constitución peruana. Gregorio Santos, admirador de Hugo Chávez, tuiteó
el viernes antes de que Vizcarra usara a la policía para cerrar el
Congreso: Preparemos una gran reunión popular para la nueva
Constitución. Sabe que así es como Chávez consolidó el poder en
Venezuela. El nuevo primer ministro de Vizcarra (que es parte de su
gabinete, no un líder legislativo) también demuestra simpatía por la
extrema izquierda”, reflexiona la especialista en temas relativos a
Hispanoamérica del diario.
“Un
dictador que consolida el poder rara vez es bueno para las perspectivas
a largo plazo de una nación. Pisotear el Estado de Derecho y deshacer
una elección, no es una cura para la corrupción”, finaliza O’Grady.
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