jueves, 15 de septiembre de 2011

¿Qué es un psicópata?


Un psicópata es una persona, generalmente de género masculino, que ya desde pequeño tiene una grave incapacidad: es incapaz de sentir remordimientos. Es decir: un niño psicópata, si pega una torta a otro niño, y el otro niño rompe a llorar desconsoladamente, el niño psicópata apenas se inmutará internamente.


Todo lo más, intentará justificar de alguna manera sorprendentemente verosímil su agresión al adulto que lo interrogue.



Así pues, ya tenemos el primer y más importante rasgo del psicópata: jamás se siente mal por el dolor ajeno. Jamás sufre internamente por el sufrimiento de otros. Jamás pierde el sueño por el hecho de que otra persona esté sufriendo.



Este es el punto más importante que debe usted comprender si quiere aprender a hacer frente a un psicópata cotidiano: usted no le importa lo más mínimo. Ni usted, ni yo, ni nadie.
Siendo éste el punto más importante, es precisamente el que más trabajo cuesta hacer entender al común de los mortales.


Por un sin fin de motivos, básicamente ideas irracionales que nos inoculan desde pequeños, tales como que “todos los seres humanos nacen buenos” y es la sociedad quien nos hace “malos”, mucha gente piensa que el “fondo” de todos nosotros es un fondo bondadoso, y que sólo es cuestión de madurar como personas.




Las religiones tienen gran culpa en esta concepción del ser humano como algo intrínsecamente “bueno”. También ese cine y esa literatura que en la mayoría de las ocasiones está totalmente carente de conexión con la realidad humana.


Que un autor literario o un guionista de cine se invente una historia donde al final todo el mundo es bueno… no debe jamás confundirse con la realidad: los seres humanos somos, ante todo, portadores de genes, y nuestros instintos nos llevan a procurar nuestra supervivencia por encima de cualquier otra cosa.


En el caso del psicópata, su modo de funcionamiento se explica sencillamente mediante la siguiente oración: el fin siempre justificará los medios.



Ahora bien, como parte de nuestra estrategia instintiva de supervivencia, la evolución, a lo largo de miles de años, ha seleccionado como rasgo adaptativo la solidaridad entre los individuos de un grupo humano.



Pero debemos entender que si algo promueve la Naturaleza es la variabilidad genética, y por tanto, junto a una mayoría de personas cuyos genes les permite sentir placer cuando hacen algo bueno por los demás, y les provoca malestar cuando alguien sufre por culpa de ellos, los psicópatas tienen una estructura neuronal muy diferente.




Ellos, los psicópatas, NO sienten placer cuando hacen algo bueno por los demás. Tampoco sienten malestar cuando alguien lo pasa mal por culpa de ellos.
Se han hecho experimentos según los cuales se ha determinado que existen ciertas personas que ante escenas reales de violencia y sufrimiento, ni se inmutan; mientras que una mayoría de personas reaccionan con ansiedad y malestar.



Esto se consigue demostrar mediante análisis de las zonas del cerebro que muestran actividad durante las exposiciones a las citadas escenas.


También logra analizar la respuesta de una persona midiendo su pulso cardíaco, la conductancia de la piel, la sudoración o la respiración.



Así pues, para empezar a comprender bien a un psicópata, es muy importante conocer y entender las evidencias científicas de que disponemos a día de hoy: el cerebro del psicópata funciona fisiológicamente de forma diferente al resto de personas.
Vayamos con un ejemplo que terminará de hacernos entender esta primera característica básica de la psicopatía.


Como todos los ejemplos que se usan en este blog, son totalmente inventados, si bien reflejan situaciones totalmente reales.
Supongamos que yo tengo un compañero de trabajo que debido a que tiene más estudios que yo, más trabajador que yo, más inteligente que yo, y más experiencia que yo, a pesar de llevar menos tiempo en mi empresa que yo, sin embargo lo ascienden rápidamente y lo nombran jefe de mi sección, pasando yo a ser un subordinado suyo.



Generalmente (salvo que vayamos para santos), nuestro sentimiento inicial hacia esa persona no va a ser precisamente de simpatía.


Generalmente sentiremos envidia, desprecio, irritación y en cierto modo, nos alegraríamos de que algo malo le pasase.



Con el paso del tiempo, unos más que otros, lo normal es que el sentimiento de irritación vaya cediendo y nos adaptemos a la nueva situación mal que bien, aceptándola como una etapa más en nuestra vida, lo que no quitaría para que en determinados momentos, nos alegráramos de que a aquel que nos pasó por encima nuestra, le salieran algunas cosas mal.
¿Pero y el psicópata, cómo reaccionaría?

Para el psicópata, esa persona se convertiría desde ese mismo instante en ENEMIGO A BATIR. Lo que para la mayoría de la gente sería envidia e irritación, para el psicópata se convertiría en ODIO visceral.


Y si a la mayoría de la gente no le importaría demasiado que al nuevo jefe algunas cosas le salieran mal, el psicópata hará todo lo posible para hacerle la vida imposible.
Ahí está la diferencia: el psicópata NO PUEDE SOPORTAR SU FRUSTRACIÓN.


Y su frustración SIEMPRE la descargará sobre las personas a su alrededor. Porque el psicópata, y ahí va otro rasgo típico, siempre culpa a los demás de todas sus desgracias y frustraciones.



Suelen empezar culpando a sus padres, pasando por sus hermanos, sus novias, sus jefes, sus esposas y finalmente terminan culpando a sus hijos de todo lo que en la vida les salió mal.


Todo el mundo tendrá la culpa siempre… menos ellos… faltaría más.
Pero volvamos al ejemplo anterior para no perdernos demasiado (uno de mis clásicos defectos… irme por los cerros de Úbeda como usted se descuide).


Decíamos que el psicópata NO PUEDE soportar la frustración y convierte sentimientos que todos sentimos en determinados momentos como la envidia, la irritación, el desprecio… en ODIO A MUERTE. Y a partir de ese momento, el psicópata ideará estrategias para tratar de desprestigiar, dañar, acosar y derribar al que él considera su enemigo. Así pues, no es que el psicópata se alegre de que a su nuevo jefe algunas cosas le salgan mal… el psicópata procurará con sus acciones que la vida de su jefe vaya al desastre y si finalmente consigue hundirlo, no sentirá el más mínimo sentimiento de pena, todo lo contrario, brindará en su casa por una nueva víctima abatida… y se preparará para la próxima.


¿Cree usted que cuando un escorpión pica a su presa y la mata siente remordimiento? Trate de ver a un psicópata como un frío escorpión que cuando pica, sólo espera que el veneno sea efectivo.


Sólo de esta forma usted estará vacunado contras sus estrategias de engaño y simulación de sentimientos, que es la forma que usan los psicópatas cuando ven que sus víctimas son duras de abatir por las malas.


Como norma básica aplique el siguiente principio:
No me importa ni como aparentas sentirte ni todas las palabras que me dices… lo único que me importa es LO QUE HACES.


Si usted comprende y aplica en su vida diaria este simple principio racional, usted ya estará vacunado contra el primer veneno más usual que suelen usar los psicópatas con sus víctimas: la simulación de sentimientos, sentimientos de los cuales carecen por completo.

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